La Asociación Panadera de Ucrania (VAP) y el sindicato «Mukomoly Ukrainy» en 2024, por segundo año consecutivo, se negaron a firmar un memorándum con el Ministerio de Política Agraria y Alimentación y las asociaciones de cereales debido al desprecio de los intereses y argumentos de los procesadores, según informó en una entrevista a la agencia «Interfax-Ucrania» el director de la VAP, Alexander Taranenko.
«El memorándum es un documento cuyo incumplimiento no conlleva responsabilidad legal alguna. Además, la VAP y el sindicato «Mukomoly Ukrainy» se opusieron a los volúmenes establecidos en el memorándum (un límite de exportación de cereales de 16,2 millones de toneladas), ya que esto conduce a la exportación de grandes cantidades de cereales alimenticios de Ucrania, lo que afecta significativamente a los precios internos del pan», explicó.
Taranenko hizo hincapié en que las empresas transformadoras insisten en la distinción entre cereales alimenticios y forrajeros a la hora de fijar los volúmenes de exportación de cereales. Sin embargo, no tienen nada en contra de la exportación de cereales forrajeros en cualquier cantidad, ya que Ucrania produce más que suficiente.
En cuanto al grano alimenticio, el experto señaló que, en los últimos años, como consecuencia de diversos acontecimientos —cambios climáticos, acciones militares y situaciones económicas—, la calidad de la cosecha de grano en Ucrania ha empeorado considerablemente.
«Si en 2020 el trigo alimentario representaba el 57 % de la estructura de la cosecha, en 2024 solo representará el 27 %. En consecuencia, los volúmenes de cereales aptos para la transformación son aún menores, ya que en el 57 % y el 27 % mencionados hay trigo de primera, segunda y tercera clase. No todo el trigo de tercera clase es apto para su transformación en harina. Es decir, el trigo que, según los resultados de la cosecha de 2024, era apto para su transformación en harina, representaba menos del 20 % de la estructura total», afirmó Taranenko.
Según él, durante la evaluación del grano, estos matices no se tienen en cuenta en absoluto. Al comienzo de la cosecha, con la primera ola de exportaciones a los mercados externos, se exporta mucho trigo alimenticio, lo que provoca un aumento de los precios internos del pan.
Si las autoridades hubieran tomado determinadas medidas, por ejemplo, introducir la segmentación de las exportaciones, constituir reservas internas, crear reservas estatales o financiar su creación, el encarecimiento del pan no habría sido tan significativo ni tan brusco, está convencido el director de la asociación sectorial.
Taranenko recordó que anteriormente funcionaban según este principio la Reserva Estatal, el Fondo Agrario y la Compañía Estatal de Cereales. Compraban el grano a precios aceptables durante su venta masiva, lo almacenaban, lo procesaban y, cuando se producía un aumento brusco de los precios, intervenían en el mercado, poniendo a la venta una determinada cantidad de harina y frenando así la subida de los precios.
«Este mecanismo existía y funcionaba bastante bien. Se abandonó debido a los ratones, que se comieron decenas de miles de toneladas de cereales. En realidad, esto no demuestra la ineficacia del mecanismo, sino la falta de control. El mecanismo en sí es capaz de garantizar la estabilidad de los precios y las ventas de pan», resumió el director de la VAP.
Asociación de Panaderos, intervenciones estatales, Subida del precio del pan