El Banco Europeo de Inversiones (BEI), en cooperación con la Comisión Europea (CE), está dispuesto a ayudar a Ucrania a poner en marcha programas de vivienda social, ha declarado Oksana Remiga, Oficial Principal de Préstamos del BEI, en una entrevista concedida a Interfax-Ucrania.
El Ministerio de Infraestructuras y Desarrollo Regional está actualmente inmerso en la reforma de la política de vivienda, cuyo objetivo es armonizar las prácticas ucranianas con las mejores europeas. Uno de los puntos que sólo se tocan en el proyecto de ley, pero que es necesario para armonizar el marco general, es la vivienda social y asequible; en el futuro se elaborará una ley aparte.
«El BEI, en cooperación con la Comisión Europea, se ha comprometido a proporcionar ayuda para poner en marcha este ámbito. Estamos discutiendo la posibilidad de un préstamo específico de 200 millones de EUR, que contará con el apoyo de una importante subvención a la inversión de la CE. Además de un paquete de asistencia técnica de 12 millones de euros, que puede utilizarse no sólo para desarrollar soluciones técnicas, aplicarlas y supervisarlas, sino también para ayudar a desarrollar el marco regulador», dijo Remiga.
Aclaró que actualmente se está debatiendo activamente entre los expertos implicados en el desarrollo, los grupos de asistencia técnica y la futura configuración del sector.
«Junto con la Comisión Europea, estamos intentando promover el modelo que se utilizó en Europa después de la Segunda Guerra Mundial para resolver el problema de la vivienda», dijo.
Según ella, el modelo de vivienda social estipula, entre otras cosas, que las instalaciones deben ser propiedad íntegra del municipio, y el sector debe ser autosuficiente y financieramente estable.
«¿Qué mecanismos pueden garantizar esto (la estabilidad financiera)? Uno de los más sencillos utilizados en los países europeos es que el 80% de los locales de un edificio en construcción se destinen a viviendas sociales, que se alquilan a determinados grupos socialmente vulnerables a un precio reducido. Estas viviendas no pueden comprarse. En cuanto al resto de los locales -viviendas, locales comerciales- se alquilan a precios de mercado, lo que permite el funcionamiento de la instalación», explica Remiga.
Como es más difícil obtener ingresos de los locales comerciales en las ciudades pequeñas que en las grandes, puede ser más apropiado que los municipios más pequeños establezcan oficinas regionales conjuntas.
Otro principio clave de la política de vivienda social es evitar la creación de guetos.
«Los edificios de este tipo de viviendas no deben ubicarse de forma compacta, sino que deben encajar armoniosamente en el paisaje urbano general. También es importante proporcionar infraestructuras sociales y buenas conexiones de transporte», afirmó Remiga.
Al mismo tiempo, señaló que el BEI no contempla la participación en programas de vivienda asequible o alquiler social con opción a compra.
«Estamos considerando programas destinados a crear y mejorar la calidad de los paquetes de vivienda social en los municipios. Sin embargo, me gustaría subrayar que el BEI no ofrece programas con el objetivo último de conceder préstamos a particulares para vivienda. Sólo la creación de viviendas en propiedad y gestionadas por los municipios», dijo Remiga.
El lanzamiento del programa de vivienda social no puede esperarse antes de mediados de otoño de 2024.
«La Unión Europea y el BEI, que es el banco de la Unión Europea, tienen una regla: primero los cambios estructurales legislativos. Sin embargo, debido a la situación extremadamente crítica de Ucrania, estamos dispuestos a trabajar en paralelo. Dado que ya estamos trabajando en el marco reglamentario, esto nos permite iniciar paralelamente los procedimientos administrativos por nuestra parte. En cuanto estén claros los parámetros (marco) de la futura legislación, incluso antes de que se adopte y aplique, podremos empezar a trabajar en los proyectos», resumió Remiga.
Añadió que el próximo programa de préstamos de 200 millones de euros para vivienda social es un proyecto piloto.
«Dadas las necesidades de Ucrania, realmente se necesitan miles de millones para abordar los problemas de vivienda. Sólo después de que se ponga en marcha y se establezca el proyecto piloto, cuando podamos ver su eficacia y la capacidad de los municipios para gestionar este parque inmobiliario, podremos hablar de lanzar las siguientes fases. Estamos muy interesados en ello», afirmó Remiga.