El Reino Unido ha vivido sus peores disturbios civiles en más de una década, con enfrentamientos entre grupos de extrema derecha y activistas contra el racismo en ciudades de todo el país, informó el sábado (3 de agosto) The Guardian. La ministra del Interior, Yvette Cooper, declaró que la policía contaría con todo el apoyo del gobierno para tomar las medidas más enérgicas posibles. «La violencia criminal y el desorden no tienen cabida en las calles de Gran Bretaña», declaró.
«Cualquiera que participe en desórdenes criminales y matonismo violento en nuestras calles tendrá que pagar un precio y debe esperar enfrentarse a detenciones, procesamientos, multas y todo el peso de la ley, incluidas penas de prisión y prohibiciones de viajar. La violación de la ley conlleva consecuencias», subrayó el ministro.
Durante las protestas, que se extendieron por todo el país, se arrojaron ladrillos y botellas a los agentes de policía, se lanzaron fuegos artificiales y varios agentes de las fuerzas del orden resultaron heridos.
Los disturbios comenzaron después de que el lunes tres chicas jóvenes murieran en una clase de baile al estilo de Taylor Swift en Southport, informa The Guardian.
«Axel Rudakuban, de 17 años y natural de Lancashire, está acusado del ataque, pero han circulado por Internet afirmaciones falsas de que el sospechoso era un solicitante de asilo que llegó al Reino Unido en barco. A raíz de estas informaciones, manifestantes de extrema derecha, impulsados por las redes sociales, se congregaron en ciudades de todo el país», señala la publicación.
Se señala que han regresado agentes de permiso de todo el Reino Unido para desplegar 130 unidades auxiliares de policía adicionales, unos 2.000 agentes.