La economía italiana en 2025 muestra un crecimiento moderado en un contexto de problemas estructurales y retos externos. A pesar de las tendencias positivas observadas a principios de año, las perspectivas para el resto del año siguen siendo inciertas.
Principales indicadores macroeconómicos para 2025
Crecimiento del PIB: Según las previsiones de la Comisión Europea, se espera un aumento del PIB del 1,0 % en 2025.
Inflación: Se prevé un aumento moderado de la inflación hasta el 2,3 %.
Tasa de desempleo: Se espera que el desempleo disminuya hasta el 7,7 %.
Déficit presupuestario: Se prevé una reducción del déficit hasta el 3,3 % del PIB.
Deuda pública: Se espera que la deuda pública aumente hasta el 137,8 % del PIB en 2026.
Dinámica económica en enero-abril de 2025
Producción industrial: En marzo de 2025, la producción industrial aumentó un 0,1 % en comparación con febrero, por debajo del crecimiento previsto del 0,5 %. En términos anuales, la producción disminuyó un 1,8 %, continuando la tendencia a la baja durante 26 meses.
Crecimiento del PIB en el primer trimestre: La economía italiana creció un 0,3 % en el primer trimestre de 2025, superando ligeramente las expectativas de los analistas. Factores que sostienen la economía
Demanda interna: Se espera un fortalecimiento del crecimiento del consumo privado, que será el principal motor del crecimiento económico en 2025.
Política fiscal: El Gobierno italiano ha aprobado el presupuesto para 2025, que incluye desgravaciones fiscales para las familias y una reducción del déficit, lo que debería estimular la actividad económica.
Riesgos y retos
Factores externos: Las posibles tensiones comerciales, especialmente con Estados Unidos, podrían afectar negativamente a las exportaciones y al crecimiento económico general.
Problemas estructurales: El elevado nivel de deuda pública y la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales siguen siendo retos clave para la economía italiana.
Previsiones para finales de 2025
Crecimiento del PIB: Se espera un crecimiento de alrededor del 1,0 %, con la demanda interna como principal motor.
Inflación: Se prevé que la inflación se mantenga en el 2,3 %, en línea con los objetivos del Banco Central Europeo.
Desempleo: Se prevé que la tasa de desempleo disminuya hasta el 7,7 %, lo que refleja una mejora gradual del mercado laboral.
Así pues, a pesar de los retos existentes, la economía italiana muestra signos de estabilización en 2025, gracias a la demanda interna y a las medidas de apoyo del Gobierno. Sin embargo, para garantizar un crecimiento sostenible, son necesarias nuevas reformas estructurales y una utilización eficaz de los recursos disponibles.