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La exposición regular a un silencio absoluto puede estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales, según un estudio

19 septiembre , 2025  

Los científicos se centran cada vez más en un remedio inusual para la salud cerebral: el silencio. Según una investigación, la exposición regular a un silencio total puede estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales, reducir los niveles de estrés y mejorar la función cognitiva.

El primero en señalarlo fue un estudio de la neurocientífica Imke Kirste, de la Universidad de Duke (EE.UU.). En un experimento con ratones, resultó que eran dos horas de silencio al día -no música ni ruido- las que provocaban un aumento significativo del número de neuronas en el hipocampo, responsable de la memoria y el aprendizaje. Esto causó sensación, ya que durante mucho tiempo se había pensado que el cerebro adulto tenía poca o ninguna capacidad de neurogénesis.

En los humanos, el silencio activa la llamada red de modo por defecto (red de modo pasivo del cerebro), que se enciende cuando no estamos ocupados con tareas externas. En ese momento, el cerebro estructura la información, refuerza la memoria y desencadena procesos de recuperación. Además, se registran cambios en las ondas cerebrales: se pasa de ritmos beta «rápidos» a ondas alfa y theta más tranquilas, asociadas a la creatividad y la reducción de la ansiedad.

Las investigaciones sobre las prácticas de atención plena y meditación corroboran resultados similares. En 2011, Harvard demostró que un programa de ocho semanas de reducción del estrés basado en la atención plena aumenta la densidad de materia gris en el hipocampo.

El silencio no solo actúa sobre el cerebro:

1) reduce los niveles de cortisol, normaliza la presión arterial y el ritmo cardíaco;

2) mejora la concentración y la claridad cognitiva

3) ayuda a regular el sueño y el estado emocional

4) crea las condiciones para que surjan ideas creativas.

Según los psicólogos, «el silencio no es un vacío, sino un espacio de presencia» que ayuda a restablecer el equilibrio y ganar claridad. Por eso, dos horas de silencio al día -ya sea un paseo sin aparatos, una práctica de meditación o simplemente desconectar del ruido de fondo- pueden ser una poderosa herramienta para la salud del cerebro y del cuerpo.