¿Ha decidido aprender inglés desde cero? Enhorabuena. Eres más valiente que la mitad de los que llevan años diciendo «tengo que empezar». Lo principal ahora es no rendirse al cabo de un mes. Porque no habrá milagros: no te inyectan un idioma en la cabeza con un gotero. Pero sí habrá sistema, progreso y emoción cuando pidas un café en inglés por primera vez y el camarero se dé cuenta de que no estás usando Google Translate.
1. El abecedario y los sonidos: sin ellos no se va a ninguna parte.
No, no puedes «saltarte el abecedario porque ya sé A-B-C». No lo sabes. Confundes la «i» y la «e», pronuncias la «u» como «y» y conviertes la “th” en «z». Lo siento, pero es así.
La buena noticia es que tiene fácil solución. Aprende los sonidos como si fueras un niño que aprende a hablar por primera vez. Porque lo eres.
No necesitas 5000 palabras a la vez. Necesitas 50. Sí, exactamente 50. Si sabes decir «comer, beber, ir, trabajar», ya puedes hacer una frase.
El método es sencillo:
● Flashcards. Sí, es aburrido. Sí, funciona.
Un tema por semana. Hoy es «comida», mañana «acciones».
Usar. Una palabra nueva sin una frase está muerta.
Recuerda: un diccionario no es un museo. Es una herramienta que hay que usar todo el tiempo.
Ahora no necesitas saber 12 tiempos verbales. Necesitas tres: Presente Simple, Pasado Simple y Futuro Simple. Eso es todo. El resto vendrá con el tiempo.
Ejemplo:
Trabajo.
He trabajado.
Trabajaré.
Sí, esto es primitivo. Pero lo primitivo no es una vergüenza, es una etapa. Y no tengas miedo de cometer errores. En serio, los hablantes nativos también los cometen a montones. Lo que pasa es que no te das cuenta.
Pon dibujos animados para niños o podcasts sencillos. Y escucha. Al principio, te parecerá que sólo captas hola y ok. Es normal.
Lo principal es hacerlo con regularidad. El cerebro es como un músculo: cuanto más se ejercita, mejor se capta el habla extranjera.
No hace falta que empieces enseguida con Shakespeare. Lee cuentos adaptados o artículos cortos. La regla es sencilla: si entiendes al menos el 70% del texto, es para ti. Si no, es demasiado pronto.
No pienses que escribir «no es tan importante». Es una forma de comprobar si realmente sabes algo. Intenta escribir una frase en inglés cada día. Aunque sólo sea «Estoy cansado». Es un paso adelante.
En un mes, ya tendrás minicuentos. Y sí, parecerá ingenuo. Pero esto es exactamente de lo que crece la verdadera confianza.
Te sonrojarás, te confundirás y dirás «ehh». Es normal. Es imprescindible. Se te pasará.
La regla principal es empezar a hablar enseguida. Incluso con un libro de texto, incluso en el espejo, incluso con un gato. Lo ideal sería encontrar un compañero o un profesor, pero no esperes a estar «preparado». Porque nunca estarás preparado si permaneces en silencio.
¿Has aprendido una palabra nueva? Repítela en un día. Luego en tres días. Luego en una semana. Sin esto, saldrá volando de tu cabeza tan rápido como entró.
Eres adulto, tienes trabajo, familia y muchas cosas que hacer. Tu motivación disminuirá. Y es importante saber que es normal.
Trucos:
● Fíjate objetivos mínimos. «10 minutos al día» es realista.
No te castigues. ¿Te has saltado un día? Vuelve a empezar.
Lleva la cuenta de las pequeñas victorias: si hoy entiendes 5 palabras de la serie, ya es un éxito.
Aprender inglés es un maratón, no un sprint. No hay píldoras mágicas. Pero estás tú, tu cerebro y el sistema adecuado.
En 3 meses serás capaz de decir frases sencillas. En un año, serás capaz de comunicarte sobre temas básicos. En unos años, pensarás en inglés.
Y lo más importante, el inglés te abrirá puertas que ahora parecen cerradas. Pero sólo tú puedes abrir esas puertas: dando pequeños pasos cada día.
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