Tres sustancias han sido reconocidas científicamente como las más eficaces para mejorar la función cerebral en situaciones de estrés mental:
- La colina ocupa el primer lugar. Este importante nutriente favorece la síntesis del neurotransmisor acetilcolina, responsable de la memoria y la concentración. La colina es especialmente importante en caso de estrés mental elevado y para quienes no consumen suficientes huevos o hígado.
- Ginkgo biloba: mejora la circulación sanguínea en el cerebro al potenciar el efecto de la colina. Sin embargo, los ensayos clínicos, incluidos los realizados a gran escala (por ejemplo, el GEM), no han confirmado su eficacia para prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad, y es posible que se produzcan efectos secundarios al interactuar con medicamentos.
- Ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA): favorecen la estructura de las membranas neuronales, tienen efectos antiinflamatorios y pueden ayudar a mejorar la memoria y a aprender nueva información. Se subraya que los beneficios de comer pescado azul son superiores a los de tomar suplementos de omega-3 en forma de comprimidos.
Comentario científico
- La colina puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo en un 40% con una ingesta regular (188-400 mg/día) – especialmente importante para las personas mayores y las que siguen una dieta basada en plantas.
- Los suplementos de omega-3 muestran resultados dispares, pero su consumo regular a partir de fuentes alimentarias (pescado, frutos secos) se asocia a una mejora de la función cerebral y a una reducción de la inflamación.
- La eficacia del Ginkgo biloba en el deterioro cognitivo no se ha confirmado en grandes ensayos clínicos aleatorizados.
Es importante entender que la clave para mantener la actividad cerebral es una dieta equilibrada, actividad física regular, sueño adecuado, gestión del estrés y actividad social. Los expertos subrayan que la colina y los omega-3 pueden aportar beneficios tangibles si se consumen con regularidad. El ginkgo biloba sólo se recomienda con una cuidadosa selección y supervisión médica. Los factores generales de salud (dieta, ejercicio, falta de estrés) siguen siendo los medios más sostenibles para apoyar la función cognitiva.