El presidente de EE.UU., Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han alcanzado un histórico acuerdo comercial que impide que los aranceles previstos entre EE.UU. y Europa entren en vigor el 1 de agosto y establece nuevas normas para las relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo.
Estados Unidos impone un arancel del 15% a la mayoría de los productos de la UE, en lugar del 30% anunciado anteriormente. Las únicas excepciones son el acero y el aluminio, cuyo arancel se mantiene en el 50%.
A cambio, la UE se compromete a
comprar a EE.UU. energía por valor de 750.000 millones de dólares
aumentar la inversión directa en la economía estadounidense en 600.000 millones de dólares;
comprar una cantidad significativa de armamento estadounidense.
Las conversaciones tuvieron lugar en Escocia, en el campo de golf Turnberry de Trump. Tras las reuniones, los estrategas de ambas partes se apresuraron a cerrar el acuerdo, ya que el 1 de agosto debían entrar en vigor múltiples medidas arancelarias de hasta el 50%.
Ambas partes reconocieron el compromiso: Trump lo calificó de «el mejor acuerdo jamás alcanzado», mientras que von der Leyen subrayó que aportaría estabilidad y previsibilidad a las empresas de la UE y Estados Unidos.
El acuerdo aplaca las tensiones comerciales entre EE.UU. y la UE, que se intensificaron tras una serie de amenazas arancelarias en la primavera de 2025 -incluidos aranceles a la automoción (25%) y medidas de represalia de la UE de hasta el 25% sobre 21.000 millones de dólares de importaciones estadounidenses-. El principio de «concesiones mutuas»: La UE aceptó un arancel del 15% y, a cambio, abrió sus mercados de energía e inversiones a EEUU.
Aunque algunos sectores, como el automovilístico y el farmacéutico europeos, están a la espera de más aclaraciones, el acuerdo acerca a las partes y reduce el riesgo de una escalada de la guerra económica.
El acuerdo entre Trump y von der Leyen es un hito clave en las relaciones comerciales entre EE.UU. y la UE en 2025. Fija el arancel en el 15%, abre oportunidades para miles de millones de dólares en compras estadounidenses e inversiones de la UE, y crea un marco para la estabilidad a largo plazo. A pesar de algunas limitaciones (por ejemplo, los aranceles sobre el acero), el acuerdo proporciona una previsibilidad económica muy necesaria para ambas partes y reduce el riesgo de una guerra comercial transatlántica.