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El año 2026 puede convertirse en un punto de inflexión estratégico para el sistema de seguridad europeo, según los expertos

13 diciembre , 2025  

Los participantes en la mesa redonda «Perspectivas de seguridad para 2026: posibles desarrollos», celebrada en el marco del foro sobre la reconstrucción de Ucrania en Bucarest, llegaron a la conclusión de que 2026 se perfila como un posible punto de inflexión estratégico para la seguridad euroatlántica, en el contexto de la guerra en curso en Ucrania, la vulnerabilidad de las relaciones transatlánticas y la creciente presión sobre la UE para que refuerce su capacidad de defensa y su autonomía estratégica.

El debate fue moderado por el periodista de Antena 3 CNN Radu Tudor. Participaron en la mesa redonda el secretario de Estado del Ministerio de Defensa Nacional de Rumanía, Sorin Moldovan; el vicepresidente primero de la Comisión de Integración en la UE del Parlamento de Ucrania, Vadim Galaychuk; el profesor del Instituto de Política Mundial (EE. UU.), Paul Koyer; el investigador principal de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Nico Lange, y el director ejecutivo de la Fundación Kazankai, profesor honorario de la Universidad de Shizuoka (Japón), Shigeo Mutsushika.

Según los ponentes, el entorno de seguridad de Europa en 2026 vendrá determinado por una combinación de varios factores: la prolongada invasión a gran escala de Ucrania por parte de la Federación Rusa, la fragmentación de la unidad transatlántica y el aumento de la competencia entre las grandes potencias, incluido el uso de instrumentos híbridos. En este contexto, Europa, en su opinión, debe desempeñar un «papel estratégico más maduro», no solo en el ámbito de la defensa, sino también en la política industrial y energética.

«Los Estados europeos ya no pueden dar por sentada la seguridad: necesitan capacidades propias que complementen, y no sustituyan, la asociación transatlántica», señaló Lange.

Los participantes prestaron especial atención a la estabilidad de la región del Mar Negro y a la solidez del flanco oriental de la OTAN, que fueron calificados como pilares fundamentales de la arquitectura de seguridad europea. Se subrayó que mantener y reforzar el apoyo a Ucrania —militar, económico y político— seguirá siendo un factor decisivo para contener a la Federación Rusa y evitar una mayor desestabilización de las regiones vecinas. En este contexto, se destacaron especialmente los riesgos relacionados con las amenazas híbridas: ciberataques, sabotajes contra infraestructuras críticas y operaciones de información.

Tras el debate, el panel llegó a la conclusión de que los cambios estructurales en el entorno de seguridad requieren una mayor coordinación entre los Estados europeos, una aceleración de las inversiones en capacidades críticas y la adaptación de las doctrinas de defensa a las nuevas realidades operativas. El mantenimiento del apoyo a Ucrania, el uso activo de los instrumentos económicos y jurídicos occidentales —incluida la posible utilización de los activos rusos congelados— y el fortalecimiento de la asociación transatlántica se consideraron requisitos previos necesarios para mantener la estabilidad regional y establecer un orden de seguridad europeo sostenible.

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