Eslovaquia y varios países de la UE limítrofes con Ucrania piden un fondo especial para compensar a sus agricultores por las pérdidas causadas por el aumento de las importaciones de productos agrícolas ucranianos. Así lo declaró el ministro eslovaco de Agricultura, Richard Takacs (Smer-SD), tras una reunión del Consejo de Agricultura de la UE en Bruselas, informa TASR.
Según él, la Comisión Europea había hablado anteriormente de un aumento del 25% de las cuotas para los productos ucranianos, pero en realidad es mucho mayor: «para la miel y el azúcar, este aumento es del 400-500%».
«Un problema es la cantidad, el otro es la calidad y la seguridad de los productos. Los agricultores europeos están obligados a cumplir normas estrictas sobre fertilizantes, pesticidas y reglamentos de la UE, mientras que en Ucrania estas normas a menudo no existen», dijo Takacs.
El ministro señaló que esta iniciativa fue planteada a la Comisión Europea por los países vecinos de Ucrania, que experimentan la principal afluencia de productos, mientras que los países de Europa Occidental suelen beneficiarse de importaciones más baratas y no sienten la presión.
Takács sugirió que Eslovaquia no podrá «lograr un éxito del cien por cien» en las negociaciones, pero confió en una solución de compromiso.
«En el nuevo plan financiero de la UE y en el marco de la Política Agrícola Común, veo la oportunidad de crear un fondo específico para los países fronterizos con Ucrania. Este fondo debería compensar las pérdidas de nuestros agricultores y transformadores», afirmó, añadiendo que Eslovaquia buscará apoyo a través del Gobierno y el Primer Ministro.
Según él, ya se han alcanzado acuerdos al respecto con su homólogo polaco. La cuestión del aumento de las cuotas para los productos agrícolas ucranianos también se debatirá durante la próxima reunión conjunta de los gobiernos de Ucrania y Eslovaquia.
Desde 2022, la UE ha concedido a Ucrania un acceso sin precedentes a su mercado común para apoyar su economía en tiempos de guerra. Sin embargo, varios países de Europa del Este -Polonia, Hungría, Rumanía, Eslovaquia y Bulgaria- se han quejado reiteradamente de la creciente presión sobre sus productores de cereales, azúcar y otros cultivos.