En el marco de sus obligaciones de integración europea en virtud del Convenio de Espoo, Ucrania ha cerrado un litigio de 20 años con Rumanía sobre la aplicación de sus requisitos durante la construcción del Canal Danubio-Mar Negro, al margen de la Novena Reunión de las Partes del Convenio de Espoo, según ha declarado el Ministro de Protección del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ruslan Strilets.
«Hemos hecho los deberes y recorrido un largo camino para adecuar el proyecto a los requisitos del Convenio. Al fin y al cabo, a Ucrania le importan las buenas relaciones de vecindad y el cumplimiento del Derecho internacional. Estamos dispuestos y somos capaces de encontrar un terreno común y corregir los errores del pasado», escribió en Facebook desde la reunión en Ginebra.
Strelets dio las gracias al ministro de Medio Ambiente, Agua y Bosques de Rumanía, Mircea Fechet, por apoyar esta decisión histórica, y al ministro de Medio Ambiente de Moldavia, Iordanca Iordanov, por su presidencia profesional y diplomática de la reunión de las Partes en la Convención.
El ministro ucraniano añadió que la delegación ucraniana en Ginebra también consiguió otras dos victorias, entre ellas la negativa a elegir a un representante de Bielorrusia en los órganos de trabajo del Convenio de Espoo, que contó con el apoyo de 34 países.
«En la 43ª sesión del Convenio sobre Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia, se privó a Moscú de la condición de sede del Centro Meteorológico de Vostok del EMEP. Así lo votaron 33 países de los 35 Estados miembros. El centro internacional de investigación medioambiental tendrá ahora su sede en el Instituto Jožef Stefan de Liubliana (Eslovenia). Esperamos que pronto funcione en el Centro Hidrometeorológico de Ucrania». – escribió también Strelets.
El Convenio de Espoo es un acuerdo internacional impulsado por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, que entró en vigor en 1997 y lleva el nombre de la ciudad finlandesa de Espoo (o Espoo), donde se firmó en 1991. Según el documento, el procedimiento de evaluación del impacto ambiental de los proyectos potencialmente peligrosos debe llevarse a cabo no sólo dentro del Estado, sino también en los países vecinos que puedan verse afectados por el impacto de estas instalaciones.
Como se informó, en agosto de 2004, el presidente ucraniano Leonid Kuchma abrió al tráfico la primera parte del canal. Al mismo tiempo, el 1 de septiembre la Comisión Europea protestó ante Ucrania por la continuación de la construcción del canal en el delta del Danubio, protegido por la UNESCO. La Comisión Europea pidió a Kiev que detuviera la construcción hasta que se llevara a cabo una evaluación del impacto que el canal podría tener en el medio ambiente del delta del río. Además, Rumanía dijo que impugnaría la construcción del canal.
Según una decisión del presidente ucraniano, Viktor Yushchenko, en junio de 2005 se suspendieron las obras de profundización del canal Danubio-Mar Negro a través del estuario de Bystryi para permitir una evaluación por expertos. El examen realizado por una comisión del Ministerio de Protección Medioambiental de Ucrania concluyó que el canal no causaba ningún daño medioambiental.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano subrayó que Ucrania parte de la premisa de que la reanudación de la navegación en el bajo Danubio es un derecho soberano del Estado y tiene por objeto restablecer la situación que históricamente existía en la región antes de 1994.
En aquel momento, la parte ucraniana afirmó que su postura había sido confirmada por expertos internacionales durante una visita al lugar real de las obras en el delta del Danubio. Así, desde el inicio de las obras de restauración, han visitado el bajo Danubio representantes de las organizaciones Ramsar, Berna, Aarhus, Espoo, la Comisión Internacional para la Protección del Río Danubio, la Comisión Europea, el Consejo de Europa y el Fondo Mundial para la Naturaleza. Las recomendaciones de la misión contenían tres requisitos principales para Ucrania: no iniciar las obras de la segunda fase del proyecto hasta que se completara la evaluación del impacto ambiental de la segunda fase; celebrar audiencias públicas sobre el impacto ambiental del proyecto; y llevar a cabo una supervisión ambiental sistemática durante el proyecto, en la que deberían participar expertos internacionales y representantes de Rumanía. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, Ucrania ha cumplido los tres requisitos.
Sin embargo, el litigio continuó, y Ucrania también presentó reconvenciones a Rumanía en virtud del Convenio de Espoo en relación con sus proyectos en el delta del Danubio.