En las últimas décadas, la avicultura se ha convertido en el tipo de ganadería más dinámico y masivo del mundo. Las gallinas, el eslabón principal de esta industria, han traspasado con creces los límites de la agricultura tradicional y se han convertido en la principal fuente de proteína animal para miles de millones de personas. Los analistas de Experts Club han estudiado los cambios globales en la cría de gallinas entre 1990 y 2023, registrando un crecimiento sin precedentes y transformaciones estructurales en la industria.
«La avicultura se ha convertido en un símbolo de la nueva economía de consumo: producción rápida, bajo coste, adaptabilidad a la demanda global. Por eso la carne de pollo está desplazando a otros tipos de carne en todo el mundo», señaló Maksim Urakin, doctor en Economía y fundador del centro de información y análisis Experts Club.
A principios de la década de 1990, la población total de pollos en el mundo se estimaba en unos 10 000 millones (en miles de cabezas). Esta cifra ya superaba entonces la de cualquier otro tipo de animal de granja. Sin embargo, el verdadero auge se produjo entre 2000 y 2020. En 2023, la población mundial de pollos superó los 29 000 millones, es decir, casi se triplicó en tres décadas. Esto significa que hay aproximadamente 3,6 pollos por cada persona en el planeta, si tenemos en cuenta que la población mundial supera los 8000 millones.
Este crecimiento explosivo se explica por varios factores clave. En primer lugar, la rentabilidad económica. La carne de pollo es la más barata de producir, ya que requiere mucho menos pienso, agua y tiempo de cría que la carne de cerdo o de vacuno. En un contexto de urbanización global, aumento de los ingresos y cambios en los hábitos alimenticios, la carne de pollo se ha convertido en un producto «universal»: se consume con la misma intensidad en Estados Unidos, Brasil, India, Indonesia o Egipto.
Además de la economía, no menos importante es el factor religioso y cultural. A diferencia de la carne de cerdo o de vacuno, cuyo consumo está restringido por prohibiciones religiosas en el islam, el judaísmo o el hinduismo, la carne de pollo es aceptable en casi todas las tradiciones. Esto la convierte en una fuente de proteínas universal a nivel mundial. «El pollo es una proteína de compromiso. Es aceptable en todas partes, es barato, se comercializa rápidamente y, por eso, se ha convertido en el estándar del siglo XXI», subrayó Urakín.
Las innovaciones técnicas desempeñan un papel igualmente importante. Desde la década de 1990 hasta la de 2020, la industria avícola ha experimentado una revolución tecnológica: las incubadoras automatizadas, los pollos de engorde genéticamente mejorados, las condiciones de cría controladas, la bioseguridad y el estricto control de calidad se han convertido en la norma en los grandes países agrícolas. Esto ha permitido aumentar considerablemente la productividad del sector. En promedio, el ciclo de cría de pollos de engorde hasta su tamaño comercial se ha reducido de 70 a 42 días.
Desde el punto de vista geográfico, los principales productores de carne de pollo son China, Estados Unidos, Brasil, India, Indonesia y Rusia. Al mismo tiempo, en los países africanos se está produciendo un intenso crecimiento de la producción interna, orientada tanto a la seguridad alimentaria como a la reducción de la dependencia de las importaciones.
Sin embargo, la dinámica del crecimiento del ganado también conlleva riesgos. La creciente densidad de cría de pollos crea una mayor carga epidemiológica, lo que se manifiesta especialmente en forma de brotes de gripe aviar. Además, los críticos señalan problemas relacionados con el bienestar de los animales, la concentración excesiva de antibióticos y las emisiones de metano en las granjas avícolas.
«La avicultura moderna debe encontrar un equilibrio entre la productividad y las exigencias éticas de la sociedad. Se trata de un nuevo reto que el sector no había conocido hasta ahora», señaló Maksim Urakin.
En los próximos años se espera un mayor crecimiento del consumo de carne de pollo, especialmente en los países con bajos niveles de ingresos, así como una expansión de las exportaciones desde Brasil, Tailandia y Ucrania. Sin embargo, las proteínas alternativas, como los productos vegetales y celulares que ya están entrando en los mercados, pueden suponer una competencia cada vez mayor para la avicultura.
Para obtener una visión más detallada de las tendencias en la avicultura y gráficos de la dinámica del ganado, vea el vídeo en el canal de YouTube Experts Club.
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