El uso masivo de sistemas no tripulados en la guerra de Rusia contra Ucrania no solo supone una evolución tecnológica, sino también un cambio profundo en la lógica de la guerra, para el que la mayoría de los países europeos aún no están preparados, según afirmaron los participantes en la mesa redonda «La guerra con drones entre Rusia y Ucrania: innovación en primera línea y más allá. ¿Qué podemos aprender para nuestra propia defensa?», en el foro sobre la reconstrucción de Ucrania celebrado en Bucarest.
La mesa redonda VIa fue moderada por Greg Melcher, director operativo del New Generation Warfare Centre (EE. UU.). Participaron en el debate el experto en desarrollo de UAV para aplicaciones militares Andriy Sirko-Galushchenko, el director internacional de la división de aeronaves de despegue y aterrizaje vertical de Boeing, Terry Jamison, el director de comunicaciones públicas de GTX, Mustafa Nayem, el ex primer ministro de Rumanía, general retirado Nicolae Ciucă, y el subjefe del Estado Mayor para Operaciones y Entrenamiento, teniente general Julian Berdila.
Según los ponentes, lo que hasta hace poco se consideraba un «horizonte tecnológico lejano» se ha convertido ya en una realidad operativa cotidiana. El desarrollo de sistemas no tripulados, arquitecturas abiertas y la rápida integración de nuevas capacidades indican que «el futuro de la guerra» ha llegado mucho antes de lo que esperaban muchos actores occidentales. La experiencia de combate de Ucrania ha demostrado que los ciclos acelerados de innovación conducen a una transformación estructural de la planificación de las operaciones aéreas, terrestres e interarmas.
Los participantes destacaron que el uso combinado de plataformas tripuladas y no tripuladas, así como la interoperabilidad técnica inmediata entre ellas, se están convirtiendo en un requisito básico para la adaptación de las fuerzas armadas modernas. Los drones ya se utilizan de forma sistemática para el reconocimiento, los ataques de alta precisión, la logística, el minado y desminado, el ajuste del fuego de artillería y el apoyo a operaciones especiales. Los ataques masivos y coordinados contra infraestructuras críticas han demostrado las limitaciones de la defensa puramente reactiva y han puesto de relieve la necesidad de neutralizar las amenazas «en su origen».
Paralelamente, se están desarrollando rápidamente sistemas de contramedidas contra drones, que combinan los medios existentes de vigilancia y guerra electrónica con nuevas soluciones para contrarrestar un gran número de objetivos pequeños y de baja altitud. «Ya no se trata de una herramienta episódica, sino de una capa completa del campo de batalla moderno, que requiere una doctrina, fuerzas y medios separados», señaló Berdila.
En el debate se hizo especial hincapié en la vulnerabilidad de Europa ante las formas híbridas de agresión. Según los expertos, las evaluaciones tradicionales de las amenazas no se ajustan a la realidad, en la que el enemigo actúa principalmente con métodos asimétricos, dispersos y difíciles de atribuir. Los incidentes con la aparición de drones desconocidos cerca de infraestructuras críticas en diferentes países de Europa, según ellos, ponen de manifiesto la brecha entre la percepción de la sociedad, el nivel de preparación de las instituciones y la naturaleza real de los riesgos.
Tras el debate, los participantes llegaron a la conclusión de que la guerra con drones no es solo una cuestión técnica, sino también un reto para la capacidad institucional y la planificación de la defensa. La adaptación al nuevo entorno operativo requiere instituciones flexibles, ciclos de innovación cortos, inversiones coordinadas y una doctrina capaz de integrar rápidamente las lecciones aprendidas de la experiencia ucraniana. La guerra moderna, subrayaron, se ha convertido en un espacio en el que la velocidad de adaptación, la integración de sistemas y la preparación simultánea para acciones ofensivas y defensivas son elementos clave de la estabilidad estratégica.
El foro «Rebuilding Ukraine: Security, Opportunities, Investments» se celebra los días 11 y 12 de diciembre en Bucarest bajo los auspicios del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumanía y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, y está organizado por el New Strategy Center. Según los organizadores, durante dos días están previstas más de 30 mesas redondas y sesiones paralelas con la participación de representantes de gobiernos, organizaciones internacionales, el sector privado, instituciones financieras y expertos de Europa, América del Norte y Asia. Los temas de los paneles abarcan cuestiones de seguridad y defensa, infraestructura, financiación e inversiones, energía verde, digitalización, capital humano y cooperación transfronteriza.