En los últimos siete años, el número de ciudadanos extranjeros que residen legalmente en Portugal se ha multiplicado casi por cuatro. Según datos de la Agência para a Integração, Migrações e Asilo (AIMA), a finales de 2024 había registrados en el país alrededor de 1 543 697 residentes extranjeros, mientras que en 2017 esta cifra era de aproximadamente 421 802 personas.
La proporción de ciudadanos extranjeros representa hoy en día aproximadamente el 15 % de la población de Portugal, lo que confirma el rápido crecimiento de la migración en este país.
Según datos de la AIMA, entre los residentes extranjeros, la mayoría son ciudadanos de Brasil (alrededor del 31,4 %), India (alrededor del 7,4 %), Angola (aproximadamente el 6,9 %) y Ucrania (alrededor del 5,9 %). La mayoría de los migrantes son personas en edad de trabajar: el 77 % tiene entre 18 y 44 años, y la proporción de hombres es del 56,1 %. Sin embargo, no se ha encontrado una desglose oficial directo por nacionalidades en fuentes abiertas, por lo que estos datos requieren una verificación adicional.
Portugal es considerado uno de los países de la UE más favorables a los inmigrantes: cuenta con el programa «Golden Visa», que prevé inversiones a partir de 250 000 euros y da derecho a un permiso de residencia y, posteriormente, a la ciudadanía. Existen otras categorías: el visado de negocios D2, los visados para nómadas digitales y las personas financieramente independientes.
Mientras tanto, el fuerte aumento del número de solicitudes supone una carga para la AIMA: la agencia informa de la falta de personal, la considerable acumulación de casos pendientes y los retrasos en la tramitación de las solicitudes. Varios medios de comunicación señalan que algunos casos llevan más de dos años en trámite.
El aumento del número de residentes extranjeros en Portugal refleja un cambio en el panorama demográfico y hace que el país resulte atractivo para los inversores internacionales, los emprendedores y los trabajadores migrantes.
Entre los factores clave se encuentran: umbrales de inversión relativamente bajos, apertura a los especialistas extranjeros y un entorno climático favorable. Sin embargo, esta dinámica va acompañada de un aumento de los retos: el aumento de la presión sobre el mercado inmobiliario, la infraestructura social y la necesidad de modernizar el sistema de gestión de la migración.
Para las empresas, esto es una señal de que Portugal es un mercado prometedor para la reubicación y la creación de equipos internacionales, pero es importante tener en cuenta los retrasos burocráticos y los cambios en la política migratoria.