Según informa Serbian Economist, en los últimos días, representantes de los Gobiernos de Serbia y Rumanía han confirmado oficialmente su intención de desarrollar un gran proyecto de transporte: la construcción de una moderna autopista que conectará directamente las capitales de ambos países.
El proyecto combina dos planes nacionales de infraestructura:
— la autopista rumana A9 (Timișoara-Moravița), que conectará Timișoara con la frontera de Serbia, y
— la autopista serbia Belgrado-Vatin, con salida a la frontera con Rumanía.
Según el acuerdo intergubernamental firmado por los ministros de Transporte de Serbia y Rumanía, ambos países están trabajando en la coordinación de los detalles técnicos para que las carreteras se unan en la frontera y creen una ruta continua de alta velocidad desde Belgrado hasta Timișoara.
En Rumanía, el tramo de la autopista entre Timisoara y el paso fronterizo de Moravița ya se encuentra en fase de preparación y diseño, y algunos tramos de la construcción se han adjudicado a contratistas.
Esta ruta tiene una importancia estratégica para ambos países:
• Reforzará las conexiones de transporte entre los países y mejorará la logística del transporte de mercancías y pasajeros.
• La conexión con la red de autopistas europea contribuirá a integrar las infraestructuras serbias y rumanas en los corredores de transporte europeos.
Se espera que el proyecto se financie tanto con fondos europeos como con presupuestos nacionales, y su ejecución supondrá un paso hacia una mayor integración económica y de transporte en la región.
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El Gobierno moldavo prepara la construcción de una autopista de alta velocidad que conectará la frontera con Rumanía y llegará hasta Odesa. Doina Nistor, Viceprimer Ministro y Jefe del Ministerio de Economía de Moldavia, lo declaró en la inauguración de la Moldova Business Week.
Actualmente se está preparando un estudio de viabilidad para determinar el posible trazado de la carretera y si algunas partes de la nueva ruta utilizarán carreteras ya existentes.
Además, Moldavia está modernizando tanto los corredores ferroviarios como los viarios. Está previsto que el estudio de viabilidad del corredor Ungheni – Chisinau – Odesa esté terminado a finales de 2025.
La carretera será de especial importancia para la reconstrucción de Ucrania, ya que contribuirá a acortar las rutas, reducir los costes logísticos y aumentar la resistencia de las vías de suministro.
Una vez concluido el estudio de viabilidad, se tomará una decisión definitiva sobre el trazado y los detalles de la construcción. El proyecto dependerá de la financiación, el apoyo internacional y la cooperación entre los gobiernos de Moldavia y Ucrania (y posiblemente Rumanía).