Los participantes en la mesa redonda «El papel estratégico del Danubio en la logística y la conectividad» del foro internacional celebrado en Bucarest llegaron a la conclusión de que el Danubio se ha convertido en uno de los corredores logísticos y estratégicos clave en el contexto de la guerra de Rusia contra Ucrania, el aumento de las amenazas híbridas y la necesidad de reforzar la movilidad militar de la OTAN y la UE. En su opinión, el aumento de la resiliencia y la seguridad de la infraestructura del Danubio debe considerarse una prioridad no solo para los Estados ribereños, sino también para toda la comunidad euroatlántica.
El panel fue moderado por Stefan Hofmann, director de las oficinas de la Fundación Konrad Adenauer en Rumanía. Participaron en el debate el viceministro de Desarrollo Comunitario y Territorial de Ucrania, Andriy Kashuba (en formato de videoconferencia), el director general del New Strategy Center, George Scutaru, el experto asociado del Consejo Alemán de Relaciones Internacionales, Wilfried Jilge, y el contralmirante retirado, experto asociado sénior del New Strategy Center, antiguo comandante del componente marítimo de la Armada rumana, Liviu Coman.
Los ponentes destacaron que, tras el inicio de la guerra en 2022, las rutas de transporte tradicionales de la región se vieron saturadas o vulnerables a ataques militares e híbridos. Esto aceleró el desarrollo y el uso más intensivo de la infraestructura del Danubio como corredor alternativo. Según ellos, Ucrania depende de manera crítica de los puertos del Danubio para mantener las exportaciones de cereales y apoyar cadenas de suministro más amplias, mientras que los repetidos ataques rusos contra la infraestructura portuaria han puesto de manifiesto su vulnerabilidad.
Los participantes subrayaron que los ataques contra las instalaciones portuarias del Danubio han puesto de manifiesto la necesidad de acelerar la modernización de los sistemas de transporte, transbordo y vigilancia, así como de reforzar la protección de las infraestructuras marítimas y fluviales. Se habló, en particular, de ampliar la capacidad de los puertos, renovar la flota, digitalizar los procesos logísticos y mejorar la coordinación entre las estructuras militares y civiles.
Tras el debate, el panel llegó a la conclusión de que el Danubio es un nudo estratégico para toda la arquitectura de seguridad euroatlántica: un corredor de movilidad militar, un vector de integración económica y una plataforma de cooperación regional. Los participantes destacaron la necesidad de una coordinación más estrecha entre Rumanía, Ucrania y la República de Moldavia, incluida la plena integración de Ucrania en los programas europeos de movilidad militar, el refuerzo de la infraestructura portuaria, la eliminación de las barreras administrativas y la creación de mecanismos comunes para contrarrestar las amenazas híbridas. Según los expertos, el fortalecimiento de la estabilidad y la seguridad del corredor del Danubio no es solo una tarea regional, sino una condición estratégica para la estabilidad de Europa en su conjunto.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, tras las conversaciones con Vladimir Putin en Ashgabat (Turkmenistán), se mostró optimista sobre las perspectivas de paz en Ucrania, según informa la agencia turca Anadolu.
Erdogan declaró a los periodistas a bordo del avión que Ankara también espera reunirse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para evaluar un posible plan de paz.
«Tras esta reunión con Putin, esperamos tener la oportunidad de discutir también el plan de paz con el presidente estadounidense Trump. La paz está al alcance de la mano; la vemos», dijo Erdogan, refiriéndose a su reunión bilateral con Putin en Turkmenistán el sábado.
Hablando de la seguridad regional, Erdogan advirtió contra la conversión del Mar Negro en una zona de confrontación. «El Mar Negro no debe considerarse un escenario de rivalidad. Eso no beneficiará ni a Rusia ni a Ucrania. Todos necesitamos libertad de navegación y seguridad en el Mar Negro», afirmó.
Según informa Serbian Economist, las autoridades han confirmado dos casos de lepra (enfermedad de Hansen) en Rumanía, los primeros en el país en más de 40 años. La enfermedad se diagnosticó en dos masajistas de un centro de spa en la ciudad de Cluj, en el noroeste del país. Ambas pacientes son ciudadanas indonesias de 21 y 25 años; otras dos personas están siendo examinadas.
El ministro de Sanidad, Alexandru Rogobete, ha declarado que los visitantes del centro de spa no deben entrar en pánico, ya que para transmitir la infección suele ser necesario un contacto prolongado. Según él, una de las pacientes regresó recientemente de Asia, donde pasó alrededor de un mes con su madre, que en ese momento estaba hospitalizada con la misma enfermedad. Las autoridades han suspendido el funcionamiento del centro de spa mientras se lleva a cabo la investigación epidemiológica.
Según la información facilitada por la parte rumana, el último caso confirmado de lepra en el país se registró hace 44 años (es decir, a principios de la década de 1980).
Es importante precisar que se trata precisamente de «los primeros casos en Rumanía en más de 40 años», y no de «los primeros en Europa», ya que los medios de comunicación suelen simplificar los titulares.
¿Qué significa esto para los turistas y el sistema sanitario?
Según las autoridades, el riesgo para los clientes del balneario es bajo: la lepra se transmite, por regla general, por contacto prolongado y cercano con un enfermo no tratado; los contactos esporádicos no se consideran una vía de transmisión habitual.
El largo periodo de incubación hace probable el escenario de que «el contagio no se produjo en Rumanía»: los síntomas pueden aparecer años después, a veces hasta 20 años después del contacto.
El cierre del establecimiento y la realización de pruebas a los contactos son medidas estándar para las infecciones importadas poco frecuentes: incluso con una contagiosidad baja, es importante identificar rápidamente el círculo de contactos estrechos (incluidos los compañeros de trabajo) y descartar una transmisión posterior.
El riesgo informativo (miedos/estigma) puede ser mayor que el médico: la lepra ha sido muy estigmatizada a lo largo de la historia, aunque hoy en día es curable y, con un tratamiento oportuno, no suele provocar discapacidad.
¿Qué es la lepra (lepra, enfermedad de Hansen)?
Agente causante: la bacteria Mycobacterium leprae. La enfermedad afecta con mayor frecuencia a la piel y los nervios periféricos.
Transmisión: principalmente a través de gotículas de la nariz/boca en contacto cercano y frecuente con una persona no tratada. No se transmite a través del contacto cotidiano habitual (apretones de manos, abrazos, comer juntos, sentarse juntos).
Período de incubación: en promedio, alrededor de 5 años, pero los síntomas pueden aparecer mucho más tarde, hasta 20 años después.
Tratamiento: la lepra se puede curar con un régimen de terapia multicomponente (MDT); después de comenzar el tratamiento, el paciente, por lo general, deja de ser una fuente de infección.
Los participantes en la mesa redonda «Perspectivas de seguridad para 2026: posibles desarrollos», celebrada en el marco del foro sobre la reconstrucción de Ucrania en Bucarest, llegaron a la conclusión de que 2026 se perfila como un posible punto de inflexión estratégico para la seguridad euroatlántica, en el contexto de la guerra en curso en Ucrania, la vulnerabilidad de las relaciones transatlánticas y la creciente presión sobre la UE para que refuerce su capacidad de defensa y su autonomía estratégica.
El debate fue moderado por el periodista de Antena 3 CNN Radu Tudor. Participaron en la mesa redonda el secretario de Estado del Ministerio de Defensa Nacional de Rumanía, Sorin Moldovan; el vicepresidente primero de la Comisión de Integración en la UE del Parlamento de Ucrania, Vadim Galaychuk; el profesor del Instituto de Política Mundial (EE. UU.), Paul Koyer; el investigador principal de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Nico Lange, y el director ejecutivo de la Fundación Kazankai, profesor honorario de la Universidad de Shizuoka (Japón), Shigeo Mutsushika.
Según los ponentes, el entorno de seguridad de Europa en 2026 vendrá determinado por una combinación de varios factores: la prolongada invasión a gran escala de Ucrania por parte de la Federación Rusa, la fragmentación de la unidad transatlántica y el aumento de la competencia entre las grandes potencias, incluido el uso de instrumentos híbridos. En este contexto, Europa, en su opinión, debe desempeñar un «papel estratégico más maduro», no solo en el ámbito de la defensa, sino también en la política industrial y energética.
«Los Estados europeos ya no pueden dar por sentada la seguridad: necesitan capacidades propias que complementen, y no sustituyan, la asociación transatlántica», señaló Lange.
Los participantes prestaron especial atención a la estabilidad de la región del Mar Negro y a la solidez del flanco oriental de la OTAN, que fueron calificados como pilares fundamentales de la arquitectura de seguridad europea. Se subrayó que mantener y reforzar el apoyo a Ucrania —militar, económico y político— seguirá siendo un factor decisivo para contener a la Federación Rusa y evitar una mayor desestabilización de las regiones vecinas. En este contexto, se destacaron especialmente los riesgos relacionados con las amenazas híbridas: ciberataques, sabotajes contra infraestructuras críticas y operaciones de información.
Tras el debate, el panel llegó a la conclusión de que los cambios estructurales en el entorno de seguridad requieren una mayor coordinación entre los Estados europeos, una aceleración de las inversiones en capacidades críticas y la adaptación de las doctrinas de defensa a las nuevas realidades operativas. El mantenimiento del apoyo a Ucrania, el uso activo de los instrumentos económicos y jurídicos occidentales —incluida la posible utilización de los activos rusos congelados— y el fortalecimiento de la asociación transatlántica se consideraron requisitos previos necesarios para mantener la estabilidad regional y establecer un orden de seguridad europeo sostenible.
Ucrania mantiene un ritmo estable de exportación de colza y, a fecha de 8 de diciembre, ha enviado 52 000 toneladas, mientras que en noviembre la cifra fue de casi 158 000 toneladas. En diciembre, las exportaciones se mantendrán entre 105 000 y 150 000 toneladas, según informó la cooperativa analítica «Pusk», creada en el marco del Consejo Agrario de Ucrania (VAR).
«Las exportaciones de colza se mantienen estables. Han comenzado a devolverse los aranceles pagados y la liquidez se está desplazando gradualmente hacia los exportadores», señalaron los analistas.
Según sus datos, en el mercado europeo, la colza se negocia desde hace unos dos meses en un estrecho rango de 477-480 euros por tonelada. Hay fluctuaciones de precios del 2-3 %, pero no hay una dinámica real. Sin embargo, el cultivo puede subir, señalan los analistas, y añaden que el factor clave ahora es la soja: si sube, la colza también puede encarecerse hasta los 500-510 euros por tonelada.
Según sus observaciones, la situación en el mercado interno es similar: el precio condicional se mantiene en 550-560 dólares por tonelada, y los indicadores de las empresas de transformación son de 24-24,5 mil UAH/tonelada.
«El mercado es, en general, estable. Hay casos aislados de precios más altos, pero son individuales. Algunas fábricas están acelerando las compras debido a la escasez de otros cultivos, en particular el girasol, por lo que es posible que se produzca un pequeño aumento», subrayaron los expertos.
Recordaron que pronto se activará el comercio a plazo de la colza de la cosecha de 2026.
«Las primeras indicaciones para la colza de la nueva cosecha oscilan entre 430 y 435 dólares por tonelada CPT en puerto para el suministro de lotes pequeños en julio y agosto. El mejor período para la fijación a plazo es, tradicionalmente, enero-marzo. Por el momento, no se vislumbran riesgos para la nueva cosecha, pero aún es pronto para firmar contratos por grandes volúmenes», recomendaron en «Pusk».
Bélgica exige a los países de la UE garantías «independientes» y «autónomas» a cambio de su apoyo a la concesión de un préstamo a Ucrania con cargo a los activos rusos congelados, informa Euractiv.
Los documentos, que ahora están siendo debatidos por los embajadores de la UE, han surgido en medio de los frenéticos esfuerzos del bloque por convencer a Bélgica de que apoye el llamado crédito de reparación antes de la decisiva cumbre del Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas la próxima semana.
Euroclear, el depositario de valores con sede en Bruselas, custodia la gran mayoría de los 210 000 millones de euros en activos congelados que se utilizarán para apoyar los esfuerzos militares de Kiev, lo que convierte a Bélgica en un actor clave en las negociaciones de la UE.
En una serie de enmiendas a la propuesta legislativa de la Comisión, que se envió por primera vez a los embajadores de la UE la semana pasada, Bélgica señala que las garantías deben ser «independientes y autónomas, de modo que sigan vigentes incluso en caso de que se declare nulo el préstamo».
Otras exigencias clave de Bélgica son: que otros Estados de la UE cubran los posibles gastos judiciales que Moscú pueda reclamar a cualquier Estado miembro; que las capitales de la UE se abstengan de celebrar nuevos acuerdos de inversión con Rusia y deroguen todos los acuerdos vigentes; y una serie de medidas adicionales para proteger a Bélgica de posibles represalias por parte de Moscú.
Luxemburgo y Bélgica firmaron un acuerdo bilateral de inversión con la entonces URSS en 1989, que aún no ha sido rescindido.
Además, exige que la propia Euroclear «no sea responsable» de la concesión del crédito de reparación y que sus «directores solo sean responsables en caso de negligencia grave».
El Banco Central de Rusia anunció que presentará una demanda contra Euroclear ante un tribunal de Moscú el viernes.
Bélgica ha criticado repetidamente a la Comisión por continuar con el programa de préstamos y ha pedido a otros países de la UE que apoyen en su lugar la emisión de obligaciones de deuda conjuntas. Sin embargo, esta última opción está siendo bloqueada por Hungría, que también se opone rotundamente al programa de préstamos.